miércoles, 31 de diciembre de 2014

El cornetto

 Paula de Enrique es la autora de este artículo:

El cornetto, también llamado corneta renacentista, corneta negra, o corneta curva, es un instrumento de viento metal presente en toda la Edad Media, el Renacimiento y el Barroco. En España era llamado Corneta, pero para que no hubiera confusión con la Corneta decidieron llamarlo por su nombre italiano cornetto. En algunas ocasiones se le llama por el nombre alemán Zink. También se le denomina corneta al músico que lo toca.
Está construido con madera o marfil en algunos casos, y normalmente forrado de cuero. Tiene forma de cuerno, con una leve curvatura, normalmente hacia la derecha para mayor comodidad del músico.
Ya que el cuerpo del cornetto es como el de un instrumento de viento madera la posición de las manos es con la mano izquierda arriba y la derecha abajo, pero como la boquilla es igual a la de los instrumentos de viento metal, los estudiosos lo consideran más importante, y por eso es clasificado como un viento metal.
La familia del cornetto, de agudo a grave: el cornetino, el cornetto, el lizard o cornetto tenor y el raro cornetto bajo o serpentón.
Podria ser sustituido, cuando se refiere a su registro agudo, por una trompeta o corneta moderna, y en cuanto a su registro grave, por un sacabuche, al que suele acompañar.
Su afinación no era muy segura, con que final del Barroco se desarrollo un instrumento como alternativa, el oboe.
El cornetto solía ser solista. tuvo mucho éxito en la Basílica de San Marcos de Venecia, como doblador de un coro de iglesia. Un virtuoso del cornetto fue Giovanni Bassano. Johann Sebastian Bach, Georg Philipp Telemann y otros grandes compositores de la época compusieron obras de cornetto y cornetino junto con una voz soprano, y siempre iba a haber un solo de instrumento. Alessandro Scarlatti usó el cornetto en varias de sus óperas, y Johann Joseph Fux utilizó cornettos con sordina en un Requiem. Una de las últimas composiciones conocidas que incluye el cornetto fue la de la ópera Orfeo y Eurídice de Gluck.


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