miércoles, 31 de diciembre de 2014

Guitarra morisca

Sergio García ha creado este artículo:



Orígenes de la guitarra:

            La guitarra tiene un origen incierto pero parece claro que su origen se debe al percatarse del sonido de la cuerda de un arco tensado al disparar una flecha. En cualquier caso, los asirios, en el siglo VII a.C., ya tocaban un instrumento parecido, conocido con el nombre griego de kithara (la cítara con sólo 4 cuerdas)..
            El pueblo judío también lo usó en su largo deambular por el desierto.
            A España llegó por dos corrientes: La cítara romana (de origen asirio y griego), que llegó antes de la invasión árabe y el laúd asirio que llegó a España con los árabes. Estas dos corrientes originaron 2 guitarras, la guitarra latina y la guitarra morisca, y así aparecen en las Cántigas de Alfonso X el Sabio (Toledo 1221-Sevilla 1284).
            En la segunda mitad del siglo XVI ya sólo se habla de guitarra española o simplemente guitarra. Entre otros, el escritor Félix Lope de Vega (Madrid 1562-Madrid 1635), atribuye en La Dorotea a Vicente Espinel (Ronda 1550-Madrid 1624) la adición de una quinta cuerda, la más aguda de todas, el Mi agudo, también llamada "prima". También se le atribuye a Espinel el sistema de afinación. Posteriormente se incorporó la sexta y definitiva cuerda, el Mi grave, llamado "bordón". En el siglo XIX las composiciones de Fernando Sors y Francisco Tárrega la elevaron a la máxima categoría del mundo instrumental y en el siglo XX, mientras se consolidaba como alma de la música flamenca, se hacía un instrumento habitual en los conciertos de música clásica, con concertistas como Andrés Segovia, Regino Sainz de Maza y Narciso

Guitarra morisca o mandora:
            El nombre de mandora deriva del término pantur, instrumento sumerio del que proviene. También se le conoce con los nombres de mandurria y bandurria. Es un laud corto con caja en forma de pera, trastes y clavijero en forma de hoz. Es un instrumento híbrido entre la guitarra latina y el laud.
            Se suele tañer punteada con los dedos o con el plectro.
            En los siglos XI y XII pueden distinguirse dos tipos de "guitarres" o "guiternes". Por un lado la morisca o mandora, con forma ovalada de media pera fue siempre referida a los instrumentos de fondo cóncavo, común a la familia del laúd.
            Por otro lado la guitarra latina, de fondo plano, unida por aros con mango largo y cuyo clavijero era similar al del violín.
            La guitarra morisca concuerda con la hipótesis del origen oriental de la guitarra, extendida por Persia y Arabia, hasta llegar a España durante la estancia árabe en la Península Ibérica.
            Es un instrumento que se nombra mucho en las cantigas. Es una mezcla entre la guitarra latina y el laúd medieval. También es conocida como mandora.
            El mango es sensiblemente más largo que la guitarra latina, el remate con cabeza de galgo y la configuración general del clavijero le otorgan un aspecto exótico que se contrapone con la sencillez de formas que propone la caja. Cuatro cuerdas, no obstante bien podría poseer cinco. Doce trastes de tripa definen una extensión considerable.

            En el siglo XIV se le conoce con el término de Guitarra morisca, término acuñado por el Arcipreste de Hita en el "Libro de buen amor " y apareció a principios del siglo IX. Todavía sobrevive con diferentes nombres en el este de Europa: Tanbura (Bulgaria), buzuk y saz (Turquía), y en Oriente: tàr (Irán).
            Es un instrumento muy nombrado por las cantigas, en la 150, y por Johannes de Grocheo (hacia1300) quien la denomina guitarra sarracénica
            El documento más antiguo donde queda documentalmente constatada la existencia de la guitarra se remonta al manuscrito del s. XIII Las Cantigas de Santa María, atribuido al rey Alfonso X el Sabio. En él y en miniatura se presentan imágenes de dos tipos de instrumentos denominados "guitarra morisca" y "guitarra latina".
            En el siglo XIV estos dos instrumentos anteriores seguían siendo comunes en España. Sus nombres aparecen varias veces en los poemas del Arcipreste de Hita (1283? - 1350) y eran conocidos en Francia hacia el año 1349. Asimismo, hay testimonios que hacen referencia a la guitarra sarracena en el año 1300.
            Además siempre hubo una clara diferenciación entre la guitarra morisca o sarracena y la guitarra latina. De ellas se sabe que la primera disponía de caja oval, cuerdas metálicas y sonoridad penetrante común a la familia del laúd, mientras que la segunda era de caja plana, como la guitarra y la vihuela, con bordes curvados y dotada de cuatro cuerdas de tripa que proporcionaba sonidos más dulces.
            Conviene hacer un inciso. Por aquel entonces se denominaba vihuela a un grupo de instrumentos de plectro, arco y mano (vihuela de peñola o de púa, de arco y de mano respectivamente), éstas dos últimas tenían entre 5 y 7 cuerdas simples. De ellos la vihuela de mano es, con diferencia, el instrumento más afín a la guitarra tal como la concebimos actualmente. Dicha vihuela disponía normalmente de seis cuerdas dobles afinados en sol, do, fa, la, re, sol (es difícil precisar la altura absoluta en la que se afinaba).
            De hecho podemos afirmar que la guitarra era, más o menos, una pequeña vihuela de cuatro cuerdas que tenía varias afinaciones, a saber, do-fa-la-re o sol-do-mi-la o fa-do-mi-la. La vihuela fue un instrumento español por excelencia ya que en el resto de Europa dominaba el laúd. Durante el siglo XVI la vihuela cedió el testigo a la guitarra de cinco y seis órdenes ya conocida también como guitarra española.
            De los escritos del español Juan Bermudo (1549) se sabe que la guitarra y la vihuela de mano eran prácticamente idénticas, difiriendo sólo en su afinación y de vez en cuando en el número de cuerdas, aunque este hecho es cuestionado por algunos. Quizás, aunque con reservas, la diferenciación deba hacerse en términos subjetivo de su arraigo social. La vihuela siempre se consideró como un instrumento aristocrático mientras que la guitarra se asociaba a las clases medias y más humildes.
            Conviene conocer la definición de “guitarra morisca” que da Felipe Pedrell, “la guitarra morisca, según el modo en que debía cantarse, templábase en re-sol-re-la ó bien en mi-la-si-mi, templado que tenía relación con los modos del sistema pitagórico. Esta clase de guitarra, con la tabla inferior en forma de caparazón, se usa todavía en Argelia.

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